viernes, mayo 23, 2008

Navegando...


Creo que una vez dije que no había retorno posible,
mencioné que las naves habían partido, y ellas con tu alma.
A un viaje extremadamente peligroso, concretamente iluso.
La idea de acompañarte, la realidad de un centenar de aves;
el frío de julio, mi cumpleaños, un sueño vacío, un suelo inhóspito.
Navegamos en silencio, entre ásperas ilusiones del mar,
el oleaje me hizo acordar, a tardes grises, al chantaje del tiempo.
Aún asi, me mantuve firme en la decisión de acompañarte.
Si no hubiera sido así, me hubiera arrojado al mar,
quizá hubiera muerto, eso nunca lo sabremos, nunca lo sabrás.
El hecho de haber acompañado mis días, hasta el fin,
de sonreírle a la muerte delante suyo, me hace fuerte.
No me burlo de las circunstancias, asumo lo finito que es el hombre.
Acepto a las estrellas como guías indispensables del hombre,
incluso las golondrinas se parecen a las centellas, su fuego.
No lloraré a cielos ni a su lumbre, no a la lástima del viento.
Lo que una vez dije, me aprisiona en lo irreversible de las horas;
el tiempo avanza sobre las vidas, y precluyen las etapas.
Llegará el momento en que deba asumir mis pecados.
Eso lo sé y soy conciente. Me hago cargo de todo. Las omisiones.
Alguna vez dije que tu belleza era la de la luna misma.
No me retracto, no modifico lo dicho, de nada me arrepiento.
Creo que una vez dije también, que el amor eran tus ojos,
que podría morir bajo el espectro de tu mirada, de tus besos.
Mencioné que la falta de tus caricias significaban la muerte más cruel.
Debo admitir que fui exagerado. Te amaba sólamente con el alma.
para alegría mía, he crecido y el amor que siento se contagia.
Hoy además, pienso.
Siglos de navegar. Puertos hemos alcanzado, pero no encontraste lo que buscabas.
Creo que las palabras quedan firmes, incluso el mar sabe guardarlas.
Es salvaje el pensamiento, un secreto incluso, el naufragio dijo basta.
Creo que he dicho todo, mientras tanto sigamos navegando.
El océano si es infinito...

Sacha Grant.-

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