
Te pareces a un sol encaramado,
al árbol de la vida, a una distancia también,
y te pareces a la flor de durazno,
que piensa es distinta, que siente estar amando;
te conviertes en sueños, en lejanía,
an un gran momento, en un caballo alado,
y te conviertes en mil noches acariciadas,
por tu recuerdo, que ha quedado gravado;
y en la simpleza, de un abrazo tímido,
sentir la muerte por adelantado,
te has convertido en lo que siempre has sido,
en belleza, en amor, en mi bien más preciado;
te pareces al farol, de un quincho alumbrado,
y eso es mi vida, por ti amparado,
eres lo que pasa, y no se completa,
eres lo pendiente, lo trunco, lo esperado;
te conviertes en la lucha, en el silencio incómodo,
en un ramo de flores, estropeado y roto,
y se que esperas, la vida que ha de aparecer,
y yo sigo aquí, sin más nada que hacer...
Sacha Grant.-
al árbol de la vida, a una distancia también,
y te pareces a la flor de durazno,
que piensa es distinta, que siente estar amando;
te conviertes en sueños, en lejanía,
an un gran momento, en un caballo alado,
y te conviertes en mil noches acariciadas,
por tu recuerdo, que ha quedado gravado;
y en la simpleza, de un abrazo tímido,
sentir la muerte por adelantado,
te has convertido en lo que siempre has sido,
en belleza, en amor, en mi bien más preciado;
te pareces al farol, de un quincho alumbrado,
y eso es mi vida, por ti amparado,
eres lo que pasa, y no se completa,
eres lo pendiente, lo trunco, lo esperado;
te conviertes en la lucha, en el silencio incómodo,
en un ramo de flores, estropeado y roto,
y se que esperas, la vida que ha de aparecer,
y yo sigo aquí, sin más nada que hacer...
Sacha Grant.-
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