lunes, febrero 05, 2007

Hoy si...


Desperté, bajo las órdenes del día... y mi cabeza sonó... Sonó, y la luz me devoró.

Aún hoy, escucho los sueños romperse, la luna mirarme y los cielos esconderse; aún, esta noche, tengo la sensación de quemarme por dentro, de sucumbir a tus besos...

Y luego me recosté, sobre las montañas. Le sonreí a unos versos que volaban por allí; me uní a la armonía de los ríos... para que me lleven hacía ti.

Y así, con el tiempo aprendí, que no duele estar solo, aunque un abrazo siempre es bienvenido; que tus ojos me devolvieron la ternura, que te habían regalado los cielos; que tu rostro, es la belleza más grande que jamás conocí; y que tu figura, perdiéndose en la bruma, fué más pérdida para mí...

Y no quise llorar, pues no lo sentía. Amé cada segundo de sinceridad en cada día. Y si que eché de menos momentos que quizá algún día viviré... pues la soledad me acompaña, fiel a su estilo... por doquier...

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