Apropiadas.
I
La otra canción, es belleza,
es muerte, y es concierto,
la vida, un rostro despierto;
la otra canción sabe ilustrar,
porque dice todo, sin hablar,
es sencillez, es pura certeza.
II
La otra canción, me ha contado,
que la luna se ha extinguido,
por mucho tiempo ha sufrido;
la otra canción se impregnó,
de tu perfume y de mi valor,
que requiere decirte, te quiero.
Extensas.
I
Te peinas de día, de noche te desnudas,
aunque no te conozco, reina la mesura,
la mirada espera escondida, agazapada,
luces mueren, dejan que nazca la locura.
II
Sonríes, como si fuera nuestra última vez,
hoy te observo, siempre tibia, en tus días,
esta noche descubres tu cuerpo y tu vida,
el momento, tu encuentro, mis ojos, tu piel.
Solitarias.
I
La otra canción, nació de duros dias,
de la soledad constante y disfrutada,
del conocimiento de mi y lo demás;
la otra canción fue cantada, en poesía,
memorizada por estrellas desvalidas,
y recitada por sensaciones abolidas.
II
La otra canción, no pudo ser tímida,
ha entregado en silencio, su amor,
en un milenio, el regalo de su vida;
La otra canción, de fuerte reacción,
de la oscuridad ha sido bien parida,
conformando la poesía, una canción.
Perversas.
I
Te sigues peinando, y desnudando por siempre,
y reinando bajo la eterna belleza de un dolor,
la mirada ha tomado lo que siempre fue suyo,
la locura nació fuerte y tierna contagió su sabor.
II
Continúas sonriendo, ahora conmigo de a dos,
tibios conversamos de la vida, de un corazón,
en estos días ruedan los besos en tu cuello,
este encuentro será eterno, por una sóla razón.
Sacha Grant.-
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