Es la suavidad del crepúsculo sobre las veredas... la caída del sol es total calma. Y la calma se transforma en colores, y ellos me transportan a un mundo paralelo.
En ese mundo paralelo camino cada día de mi vida, allí hay soledad pero la soledad me acompaña; y el olor de la lluvia purifica mis pulmones.
Esta tarde, comparto la vida, los momentos vividos, o simplemente el rato, con la locura de vivir atado a un paso incontrolable que a veces no me deja ver más allá.
Cada camino que tomo, cada mirada hacia adelante, cada caricia errada o beso perdido, cada silencio estruendoso... todo lo que pasa a mi alrededor... todo se hace añicos en un segundo y entonces si, me siento triste...
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