Desde el comienzo de la existencia, transitamos los silencios del alma. Son aquéllos que sirven para acallar el caos interior.
También obedecemos al corazón, tomamos decisiones que cuestan, elecciones que duelen, opciones que forjan el espíritu.
Hay compromisos que de veras marcan el carácter; hay momentos de la vida importantes. Y eso suele pasar a menudo, sólo sucede que no sabemos darnos cuenta de ello.
A veces estamos ciegos, no vemos más allá de lo evidente.
Con el pasar de los años, he aprendido que duele crecer; pero vale la pena. También duele amar, y sufrir por lo querido; pero es lo que hace, que todo cobre sentido. Amar es sufrir, sufrir es madurar, madurar es crecer.
En el transcurso de los días, intentamos aprovechar cada segundo. Nuestro intento cae en saco roto, y viene la desesperación. Hoy haré lo imposible por encontrar sentido al tiempo, al espacio, al color de los árboles.
También seré, de esas personas que caminan por los parques en soledad, con sonrisa calma, y con tranquilida pasajera.
Veré los pájaros volar, las aguas manar de las fuentes, el mecer de los árboles refugiando a las gitanas. Plaza Italia...
Llenaré mis pulmones de aire limpio, de pureza, de olor a jazmín. Y aguardaré que el amor se junte con mis esperanzas inquebrantables.
Podré morir tranquilo cuando realice mis tareas, mi servicio a los demás.
Sacha Grant.-