Hay allí, en ese fuego sagrado,
todo lo que necesito de ti;
todo lo que necesito de ti;
Abrazado en la lejanía,
de los años perdidos.
de los años perdidos.
Y también encuentro, consuelo,
en aquellos ojos que ardidos,
encendieron kilómetros de cielo,
sólo, por encontrarte conmigo.
en aquellos ojos que ardidos,
encendieron kilómetros de cielo,
sólo, por encontrarte conmigo.
En ese fuego sagrado,
se impacienta los labios;
se impacienta los labios;
Se desvanece la muerte,
y renacen los sabios.
y renacen los sabios.
Y también, de vez en cuando,
las almas desnudas finiquitan,
sucumben la existencia,
en frenesí alocado, crepitan.
las almas desnudas finiquitan,
sucumben la existencia,
en frenesí alocado, crepitan.
Aquél silencioso fuego sagrado,
en que todo dormita;
En que cada árbol estriba,
lo grandioso de lo eterno;
en que todo dormita;
En que cada árbol estriba,
lo grandioso de lo eterno;
Donde las almas unen sus deseos,
y los corazones exitan los versos;
y los corazones exitan los versos;
Donde el fuego acrecienta los latidos,
allí, lo infinito, de cada beso.
allí, lo infinito, de cada beso.
Sacha Grant.-
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