Supervivo a la mañana,
sólo para encontrarte,
y te apareces en silencio,
callada, sin expresarte...
Y caminas,
y te empapas,
en las aguas heladas,
Y juegas,
y me invitas,
con el amor de una mirada.
En la noche,
me recuesto,
y escapo a la soledad,
y duermo, y anhelo,
mil años,
de tu mirar...
Sacha Grant
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