Tierra de donde salen,
ríos de oscuras aguas,
pastos largos, duras rocas,
tierra que me recibes,
como pocas...
Ciudad de los dolores,
de crecimiento inevitable,
de ineludible sonreír,
de un amor entrañable.
Ciudad, tierra de mi alma,
de años traspasados,
por la hoja de una daga,
la de la soledad,
la de la calma.
Tierra, que me enseñaste,
que la vida duele,
y que nada más vale la pena,
que separaste mi existencia,
dejaste secuelas.
Hoy puedo decir que,
te quiero tierra,
que hay una pertenencia,
que el calor del verano,
se corresponde con mi fastidio,
y que la luna de la noche,
me recuerda mi olvido;
que amo mis tierras,
mi lugar y mi apellido.
Ciudad de mis ancestros,
que sostuviste con paciencia,
mi constante desesperar,
bajo tu seno.
Tierra, amada tierra,
que me regalaste mi madre,
un dulce corazón eterno,
que por mi vida late.
Ciudad, amada ciudad,
de frondosos árboles,
de pájaros cantores,
cañada de porvenires,
y grandes mentores.
Te agradezco tierra,
Córdoba de mis amores,
y aunque no menguen los temores,
la victoria será eterna.
Sacha Grant.-
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