Accedo a tu boca con cierta magia,
y te quedas, no resistes,
tu fortaleza vulnero y puedo tocarte,
quitarte los mantos, amarte...
Luna eterna de mi cielo encandilado,
ejemplar de mujer, belleza,
inclaudicable, libro la batalla por ti,
espero la recompensa de tu mirada.
Eres como los sueños que sueño,
la palabra que se quiebra,
la lucha de un océano que se vacía,
de peces, de aguas y de arena...
Entonces te encuentro en paz,
susurrando a las estrellas por tu hombre,
esperas ansiosa un encuentro,
que llegará con la caída de la noche.
Así te encuentro sobre el río,
contemplando remolinos de paciencia,
¿eres tu mujer, la mujer de mis sueños?
¿Soy yo, el hombre que esperas?
Sacha Grant.
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