Quiéreme, ámame como a este mundo,
sin dejar de pensar en las almas;
vuela como las golondrinas,
de costa en costa, y ama como ellas.
No dejes de tenerme presente,
pues a mi te debes como al silencio;
y te amaré como lo hacen los astros,
te tengo en mi, dentro de mi vida.
Tiéntame, con cada uno de tus deseos,
enciende la luz del lucero;
pues te sentiré viva por las noches,
aquí, te echo de menos...
Ama conmigo y cuando te marchas,
elige amarme, como yo te correspondo;
ya no siento el frío, ni las aguas,
ya se ha marchado el venteveo...
Las palabras no son de este mundo,
forman una poesía que yace de cuerpo entero;
eres tu la flor, que realza la vida,
tus pétalos, la caricia, todos tus besos.
Sacha Grant.
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