En algún momento me puse a pensar,
pretendiendo abarcar el universo,
amé sentirme vivo, sólo para escucharte;
y superé mis miedos de sufrir,
crecí, como los árboles de la tierra,
las heladas pasaron, la nieve se marchó...
golondrinas de paseo, volaron aclamadas,
por estrellas de aquel cielo,
por un océano, y un médano que las separó;
curioso caso, al mar ellas se hicieron,
con valor, a las mareas más bravas,
la primera ola las sepultó...
vivieron bajo el agua de consuelo,
y retozaron bajo las napas,
de aguas puras, un silencio las calló;
hoy escuchan, los consejos de las viejas,
aprenden las verdades del cangrejo,
realizan contratos, venden su amor...
a precios irrisorios, regalan sus secretos,
de que sin razón, en un día perfecto,
se hundieron para vivir, bajo el océano;
allí conocieron el sabor del sol,
bajando, en lo profundo de un mar quieto,
un destino falaz, e incierto...
como brujas, en una noche de silencio,
hipotecaron el sueño de la inmortalidad,
regalando años, de su humanidad...
de esta forma termina la historia,
de dos golondrinas que decorosas,
vivieron el mundo, y su verdad...
sólo queda hacer la advertencia,
de que toda similitud con lo real,
es una mera casualidad...
Sacha Grant.-